Introducción:
Para poder llevar a cabo el examen de la piel y los anejos es necesario tener unas nociones mínimas de manejo en consulta y contención física de los pacientes exóticos.
De esta manera podremos llevar a cabo el trabajo sin poner en riesgo al paciente o al personal.
Roedores y lagomorfos:
Los roedores y lagomorfos (conejos) son animales que en la naturaleza son presa de muchas otras especies, por lo que el acercamiento a estos animales debe ser tranquilo, sin ruidos fuertes ni movimientos bruscos. En ocasiones puede ser de ayuda oscurecer la sala. Es importante recordar que en estos animales se puede producir una respuesta de huida, a menudo repentina e inesperada, por lo que no se deben dejar nunca sobre la mesa sin atención, incluso es conveniente colocar siempre una mano encima de ellos por si acaso. En los de mayor tamaño (conejos, cobayas, chinchillas) taparles los ojos puede ayudar a reducir el estrés y mantenerlos quietos.
Cobayas y chinchillas:
Las cobayas se pueden envolver con una toalla siguiendo la misma técnica que hemos visto en los conejos, sin embargo sus parientes las chinchillas suelen ser demasiado nerviosas y movidas como para sujetarlas de esta manera. Además esta especie puede desprenderse de la piel de la cola como mecanismo de huida, por lo que hay que sujetarla en el punto más proximal posible. Para inmovilizar a una chinchilla hay que sostener el tórax con una mano, mientras que con la otra se sostiene el tercio posterior mientras se hace una pinza con el pulgar en la base de la cola.
Otros roedores:
Para los roedores más pequeños, resultan útiles los recipientes de plástico transparente, que veremos más adelante.
Los pacientes dóciles acostumbrados a la manipulación pueden explorarse sobre la mano o sujetando el cuerpo con los dedos, de manera que realizamos una contención suave.
Exploración de la cabeza y parte ventral del cuerpo: Sujetar la cabeza con el pulgar e índice y el resto del cuerpo con los otros dedos, periodos cortos de tiempo.
Si no es posible hacer una buena exploración o toma de muestras es recomendable anestesiar al animal. En cualquier caso se debe evitar la sujeción por el pliegue cutáneo, ya que resulta muy desagradable tanto para el animal como para su propietario, y además en algunas especies no es del todo segura, como en el hámster sirio.
Psitácidas grandes:
Con las psitácidas (es decir los loros) grandes seguimos el mismo criterio que con las pequeñas: mantener el pico controlado para que no nos hagan daño, las alas recogidas para que no se lesionen con el aleteo, mientras se evita comprimir el tórax, ya que no tienen diafragma y los movimientos torácicos son los únicos que permiten la respiración.
También resulta útil apagar la luz antes de cogerlos de la jaula o transportín.
En animales de mayor tamaño resulta útil envolverlos con una toalla. En el caso de animales muy grandes, como este guacamayo, para controlar el movimiento de la cabeza se coloca el dedo pulgar debajo de la mandíbula.