Es una enfermedad común y fácil de reconocer. Se puede diagnosticar sin necesidad de pruebas de imagen avanzadas, pero es necesario la obtención y posterior análisis de líquido cefalorraquídeo. El material necesario para realizar la punción es barato y accesible. Con experiencia, se puede diagnosticar en clínicas pequeñas o en ausencia de un neurólogo. ¿Te atreves a diagnosticarla?
¿Quieres saber las claves para reconocer, diagnosticar y tratar esta enfermedad? Nosotros te las contamos.
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