El carcinoma de células transicionales (CCT) es un neoplasma urotelial que afecta a perros y gatos. Es más prevalente en perros y se asocia con predisposiciones raciales, como en el Scottish Terrier, y factores de riesgo como la obesidad, la castración y la exposición a herbicidas. Los signos clínicos comunes incluyen hematuria, disuria y polaquiuria. El diagnóstico puede ser desafiante debido al riesgo de sembrado neoplásico durante procedimientos citológicos y/o de biopsia. Las herramientas diagnósticas incluyen el análisis de sedimento de orina, pruebas genéticas (mutación BRAF), la cateterización traumática y la cistoscopia, entre otras. El estadiaje involucra la ecografía abdominal y las radiografías de tórax, siendo el TC muy recomendado en algunos casos.
El tratamiento puede variar y puede involucrar la cirugía, la radioterapia o la terapia médica con antiinflamatorios no esteroides (AINEs) o citotóxicos. En gatos, el CCT es más común en pacientes geriátricos, con un pronóstico reservado. La cistectomía parcial y el tratamiento con AINEs se asocian con supervivencias más prolongadas en esta especie.