Un 60% de la composición corporal de los gatos es agua. La mayoría de los gatos son hábiles en el manejo del equilibrio hídrico y la hidratación. El control fisiológico de la sed, el equilibrio hídrico y la hidratación son mecanismos complejos y pueden verse interrumpidos por procesos como el envejecimiento o la enfermedad.
La enfermedad renal crónica (pérdida funcional de la nefrona conduce a una capacidad reducida para concentrar la orina) y el estreñimiento (la presencia de deshidratación es al menos un factor contribuyente en muchos casos y puede ser una causa en algunos) son ejemplos de enfermedades que pueden aumentar el riesgo de deshidratación en el gato. En ambos casos, la ingesta de agua junto con las consideraciones dietéticas es extremadamente importante en el manejo a largo plazo de la enfermedad.
La dieta húmeda, el agua corriente, la cantidad y tipos de cuencos y los suplementos (como el agua enriquecida en nutrientes – AEN-) son estrategias que pueden ayudar a aumentar el consumo de agua en los gatos, pero no todas tienen el mismo nivel de evidencia científica. El AEN aporta destacada evidencia, demostrando un aumento del consumo diario de agua y producción de orina, además de mejorar los parámetros de hidratación (osmolalidad y densidad relativa de la orina) en gatos sanos.