A lo largo de los últimos 40 años los veterinarios hemos cambiado muchas veces como orientábamos el tratamiento de los gatos con enfermedad urinaria de vías bajas. Si esto ha pasado es por qué no hemos acabado todavía de entender la fisiología de la especie en su conjunto ni la fisiopatología de lo que hoy en día se tiende a entender como parte del denominado Síndrome de Pandora. Del mismo modo en los últimos 40 años hemos cambiado mucho como se trataban los gatos obstruidos a nivel uretral. No hace tantos años un gato era sedado o anestesiado directamente con una combinación intramuscular de Ketamina con acepromacina, no se miraba más, máxime una urea o una creatinina. Hoy en día la medicina felina y la medicina de cuidados críticos ha mejorado mucho.
El seguimiento de un protocolo completo, en estas ocasiones donde tenemos tantos frentes abiertos, es la mejor manera de saber que sigues el camino correcto en todo momento. Controlar las constantes básicas, así como mantener el dolor a raya y el uso racional de las técnicas de imagen te ayudarán a resolver la mayoría de los casos de obstrucciones uretrales, tanto simples como complicadas con comorbilidades.