La leishmaniosis canina es una enfermedad frecuente y con la que los clínicos se encuentran cada día en su trabajo. Es una enfermedad muy compleja que puede presentar diferentes caras debido a sus diversos mecanismos patogénicos y al rol de la respuesta inmunitaria de cada paciente. Por ello, la identificación de los signos clínicos, el diagnóstico y el tratamiento pueden suponer un auténtico reto para el veterinario.
Las lesiones cutáneas son las más comunes y pueden ser la única manifestación clínica de la enfermedad. En esta presentación repasaremos los problemas dermatológicos atribuibles a la infección por L.infantum así como el primer enfoque diagnóstico de cada uno de ellos.