1.- Importancia de la alimentación de los pacientes hospitalizados
El soporte nutricional es una parte esencial del manejo y tratamiento de los pacientes hospitalizados. Los pacientes enfermos pueden estar en riesgo de malnutrición, no solo durante su estancia en la clínica, sino antes de la admisión. La desnutrición puede ser consecuencia de una baja ingesta de alimentos, mala digestión, malabsorción o alteraciones metabólicas. Los trastornos que contribuyen a cualquiera de las condiciones anteriores, como vómitos o diarrea, pueden contribuir a la desnutrición.
Necesitamos mostrar una actitud proactiva y diseñar un plan nutricional factible lo antes posible. Una vez que se establece un estado catabólico, es realmente difícil revertirlo, incluso con un plan adecuado. La prevención de un estado catabólico es la clave. Una de las alteraciones más comunes es la disminución de la producción de albúmina (balance de nitrógeno negativo). Teniendo en cuenta que parte de la medicación que utilizamos normalmente es transportada por proteínas plasmáticas, es vital prestar atención al metabolismo proteico si queremos maximizar el efecto terapéutico de nuestro tratamiento.
Una pérdida de masa corporal magra debido al catabolismo de proteínas puede afectar la cicatrización de heridas, la función inmunológica, la fuerza de los músculos esqueléticos y respiratorios y, en última instancia, el pronóstico general.
Los pacientes sanos y enfermos no tienen la misma respuesta metabólica a la restricción alimentaria.
2.- Alimentación asistida
La falta de nutrición enteral contribuirá a trastornos gastrointestinales tales como dismotilidad y alteración de la mucosa. Con la nutrición enteral, evitamos la atrofia de enterocitos, la translocación bacteriana, las complicaciones sépticas, y mantenemos los costos bajos.
Después de 3 a 5 días de anorexia se recomienda iniciar la alimentación asistida. En algunos pacientes, la alimentación asistida debe iniciarse incluso antes. Ejemplo de ello son aquellos animales que no pueden comer (traumatismos, neoplasias, cirugías), cachorros o gatitos, pacientes con enfermedades crónicas con baja condición corporal, o gatos obesos para evitar la lipidosis hepática.
La forma de ofrecer alimentación asistida por vía enteral es mediante el uso de sondas de alimentación. Tenemos diferentes materiales, diferentes tamaños (medidos en French) y se pueden colocar en varios lugares a lo largo del sistema gastrointestinal.
Se recomienda colocar sondas de alimentación nasoesofágicas/nasoástricas del mayor tamaño posible. De esta manera, se facilita la administración de los alimentos y se disminuye la cantidad de agua necesaria para diluir los alimentos. Los tubos French ≥10 no necesitan dilución de algunas dietas húmedas, por ej. Recuperación de Royal Canin y Hill’s a/d.
Cada uno de ellos tiene ventajas y desventajas.
3.- Procedimiento. Lea todas las instrucciones antes de alimentar al paciente.
Paso 1. Examine el tubo y hágase las siguientes preguntas: ¿Está el tubo en la posición correcta? ¿El tubo causa alguna molestia al paciente (irritación de la nariz)? ¿La piel próxima a la entrada del tubo (tubo esofágico, gástrico o yeyunal) muestra signos de infección (enrojecimiento, supurativa)? No le des de comer al paciente.
Paso 2. Retire la tapa del tubo y conecte una jeringa vacía. Intente aspirar con la jeringa creando presión negativa. Es importante verificar si puede aspirar aire fácilmente sin ninguna resistencia. En este caso, es posible que la sonda esté en el lugar equivocado. Si ha aspirado algún líquido, esto es lo que llamamos reflujo (si el final del tubo está en el esófago). Anote la cantidad y sus características (color, con coágulos…). En las sondas gástricas, especialmente dentro de las 24 horas posteriores a su colocación, es bastante frecuente obtener más de 20 ml de contenido gástrico, incluso en perros y gatos pequeños. Esto debería desaparecer en unos días. En el otro tipo de sondas de alimentación normalmente puedes obtener entre 1 y 3 ml. Si su paciente siempre tiene más de 5 ml (sin sonda gástrica), probablemente necesite tratamiento con procinéticos y adaptación de la dieta.
Paso 3. Retire la jeringa que utilizó para aspirar y conecte una jeringa con agua a temperatura ambiente (el agua del grifo está bien). No agua fría. Enjuague el tubo con esta agua. La cantidad depende del tamaño del tubo. *Se pueden recomendar cantidades mayores para pacientes que no pueden beber por vía oral.
Paso 4. Coja la jeringa con la cantidad de comida que has preparado. Verificar que el alimento tenga un aspecto homogéneo sin sedimentos ni coágulos. Dar la cantidad lentamente durante 10 o 20 minutos aproximadamente (esto obviamente depende de la cantidad a administrar).
Paso 5. Repita el paso 3 y vuelva a colocar la tapa del tubo.
IMPORTANTE: Durante la alimentación y 15 min después de terminar, el paciente debe mantenerse en posición esternal. Si el animal comienza a toser o a tener náuseas mientras recibe el alimento o después, deténgase.